La vida tiene dos características clave, la propagación de información y la transducción de energía.
La primer transducción de energía se dio a partir de la oxidación de sulfuro de hidrogeno, y sulfuro férrico a pirita, resultando en un gradiente de protones a través de la membrana que permitiría una fuerza protón motriz.
Los reactivos originales presentes dentro y fuera de la célula primitiva reaccionaron con un complejo metálico asociado a la membrana de la célula. Posiblemente estén involucrados metales en transición y compuestos iónicos de sulfuro, similares a las ferrodoxinas y CO reductasas, así como ATPasas generando compuestos fosforilados con la fuerza protón motriz.
La construcción de un árbol filogenético confirma las divisiones monofileticas entre eucariontes, procariontes y arqueobacterias establecidas por RNAs, con respecto a una estructura membranal cerrada, donde es importante la reacción de formación de pirita o fuentes de protones y e- fuera de la célula. Se cree que cada organismo vivo podría contener remanentes de los procesos energéticos más primitivos, pues todos generan fuerza protón motriz a través de una cadena de electrones.
Koch-Arthur L, Schmidt-Thomas M. “The first cellular bioenergetic process: primitive generation of a proton motive force”. Journal of molecular evolution. 1991Vol.33 p.297-304.
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